¿Qué importancia le das a la movilidad del pie?
Son muchas las personas que le dan poca importancia al trabajo de movilidad y fortalecimiento de pie y tobillo, cuando realmente es imprescindible para nuestra estabilidad y también para mejorar el rendimiento de nuestra actividad física.
De hecho, el pie y el tobillo desempeñan un papel muy importante en casi todas las actividades funcionales, y su limitación puede afectarnos incluso en momentos cotidianos y simples como estar de pie o caminar. También puede desembocar en torceduras o esguinces.
La función del pie y tobillo
La radiografía de pie y tobillo se compone de 52 huesos con ligamentos que conectan los huesos entre sí y diversos músculos que generan movimiento. Estas estructuras son necesarias para trabajar sinérgicamente de forma que se logre una función adecuada en acciones como caminar por la calle, subir y bajar escaleras, adaptarnos a superficies irregulares o saltar.
El tobillo se mueve en tres planos de movimiento (transversal, frontal y sagital). El pie, por otra parte, tiene múltiples articulaciones que se mueven en diferentes planos. Los músculos y ligamentos controlan y guían estos movimientos. En combinación, estas estructuras permiten que el pie y el tobillo se adapten a diferentes superficies, como superficies rocosas, arena, hierba o el asfalto irregular.
Es importante tener en cuenta que una falta de movilidad y estabilidad en el pie así como una mala pisada puede derivar en torceduras de tobillo y en esguinces.
¿Cómo puede afectar a la movilidad y la estabilidad un esguince de tobillo?
Los esguinces de tobillo son una lesión frecuente que puede causar problemas de movilidad y estabilidad del tobillo. Un esguince de tobillo es una lesión muy común que implica la distensión de los ligamentos que sostienen la articulación del tobillo. Los ligamentos son estructuras fibrosas que se utilizan en todo el cuerpo para unir una estructura a otra, normalmente hueso con hueso.
El tobillo tiene que ser una articulación bastante móvil, para permitirnos andar, correr, saltar, nadar… Éste consta de siete ligamentos que restringen el movimiento más allá de todo lo que es seguro para nuestra estabilidad, reduciendo el riesgo de daños en la articulación y en los músculos, nervios y vasos sanguíneos que la atraviesan.
Lo más habitual cuando hay un esguince es que se lesionen los ligamentos de la parte externa del tobillo (esguince lateral de tobillo), ya que los ligamentos de la parte interna del tobillo son más anchos y fuertes.
Los esguinces pueden clasificarse en tres grados:
Desgarro de grado I o esguince leve: es un desgarro menor, y supone una lesión de hasta el 25% de las fibras del ligamento.
Desgarro de grado II o esguince moderado: afecta al 25-90% de las fibras del ligamento.
Desgarro de grado III o esguince grave: afecta al 90-100% de las fibras del ligamento. Un desgarro de grado III también puede denominarse “rotura del ligamento”.
Los esguinces laterales de tobillo (los más frecuentes) se producen cuando el pie gira hacia dentro por debajo de la pierna (inversión), forzando los ligamentos de la parte externa del tobillo. Esto puede ocurrir a veces al caminar o correr por terrenos irregulares, al saltar y aterrizar en una mala caída o al cambiar bruscamente de dirección.
Es frecuente pensar que estas lesiones o esguinces no requieren fisioterapia, sin embargo, todos los esguinces de tobillo deberían tratarse con fisioterapia.
La fisioterapia es importante en estos casos para:
– Reducir las posibilidades de volver a torcernos el tobillo
– Garantizar una correcta recuperación
– Evitar problemas permanentes de movilidad y estabilidad del tobillo.
Movilidad del pie y el tobillo
La movilidad en el pie y el tobillo permite al pie alcanzar su función normal sin limitaciones por tejido blando o restricciones articulares.
La dorsiflexión del tobillo permite al cuerpo progresar sobre el pie durante la marcha, subir y bajar escaleras o ponernos en cuclillas. Una amplitud de movimiento limitada modifica la mecánica de cada uno de estos movimientos.
Como resultado, puede haber fuerzas anormales distribuidas no sólo por el tobillo y el pie, sino también por la cadera, la rodilla e incluso la zona lumbar, lo que aumenta el riesgo de lesiones.
La intervención de fisioterapeutas:
Los fisioterapeutas podemos evaluar lo que ocurre en el tobillo y el pie, ya sea un problema de movilidad, estabilidad, fuerza o movimiento, y determinar la causa subyacente del problema.
En Isabel Acedo fisioterapia te ayudare a identificar el problema mediante una ecografia valoracional para trabajar los diferentes aspectos, como la rigidez articular, la tensión muscular, la debilidad, el control/coordinación, los patrones de la marcha o alguna combinación de estos factores. Desarrollo un programa específico para cada persona que pide cita en mi clínica de fisioterapia Logroño.
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