El dolor orofacial ha sido definido como «el dolor localizado en la región por
encima del cuello, delante de las orejas y por debajo la línea orbitomaxilar, así como como el dolor dentro de la cavidad oral, incluyendo el dolor de origen dental y los trastornos temporomandibulares (ATM)
¿De qué hablamos cuando nos referimos a trastornos temporomandibulares?
Los trastornos temporomandibulares (TTM) son un conjunto de trastornos relacionados con la articulación temporomandibular (ATM) y las estructuras musculoesqueléticas que la rodean. Se caracterizan por la presencia de dolor en la musculatura masticatoria, en la zona periauricular, y por la presencia de sonidos durante el movimiento, así como por la limitación y desviación mandibular durante su ejecución.
Además, existen factores de riesgo que, aunque no son una causa directa de los TTM, pueden favorecer su aparición. Estos son la edad, el sexo, los factores genéticos, los problemas internos de la ATM, la sobrecarga articular, los macrotraumatismos o la presencia de hábitos parafuncionales, y el estrés.
¿Está relacionado el dolor orofacial con el dolor de cabeza?
El dolor facial se ha separado generalmente de la cefalea basándose en definiciones anatómicas, pero están estrechamente relacionados. La cefalea se define como el dolor que se produce única o principalmente por encima de la cresta orbitomaxilar y/o la cresta nucal, mientras que el dolor facial se define, como hemos visto anteriormente, como un dolor que se produce principal o exclusivamente por debajo de la línea orbitomaxilar, anterior al pabellón auricular y por encima del cuello. Sin embargo, tanto la cara como la cabeza están inervadas por el nervio trigémino. De por sí, esto proporciona un sustrato para la transmisión del dolor. Además, la cara y la cabeza tienen una serie de estructuras importantes adyacentes (ojos, orejas, nariz, senos paranasales y cavidad oral) que complican aún más los patrones de referenciación del dolor.
El nervio trigémino proporciona inervación sensorial primaria a todas ellas, así como al cerebro, al tronco cerebral y al seno cavernoso, lo que facilita aún más los mecanismos de derivación del dolor a nivel periférico y central (1,5).
Además, existe una relación significativa en la población general entre el dolor crónico facial, de cabeza y cervical. El mecanismo puede explicarse por la interacción neuronal entre el subnúcleo caudal del trigémino y la médula espinal cervical superior (complejo trigeminocervical), y los cambios neuroplásticos que se producen en respuesta a las lesiones y el dolor. Por lo tanto, en la práctica clínica, la cefalea y el dolor facial suelen estar íntimamente relacionados.
Clasificación del dolor orofacial
El dolor orofacial se suele clasificar en función de la sintomatología y la fisiopatología. La última actualización lo subdivide en 7 categorías diferentes (1,6):
Dolor orofacial atribuido a trastornos de las estructuras dentoalveolares y anatómicamente relacionadas.
Dolor orofacial miofascial.
Dolor de la articulación temporomandibular (ATM).
Dolor orofacial atribuido a una lesión o enfermedad de los nervios cranealesa.
Dolor orofacial que se asemeja a presentaciones de cefaleas primariasa.
Dolor orofacial idiopático.
Evaluación psicosocial de los pacientes con Dolor orofacial.
¿Se puede aliviar el dolor de la mandíbula?
La respuesta es sí. Desde la Fisioterapia podemos ayudar a disminuir la sintomatología y mejorar la funcionalidad. Los objetivos en el tratamiento fisioterapéutico son disminuir el dolor, permitir la relajación muscular, reducir la hiperactividad muscular y restablecer la función muscular y la movilidad de las articulaciones.
El tratamiento de fisioterapia incluye la aplicación de agentes electrofísicos (láser), agentes electroanalgésicos (super inductiva), punción seca, ejercicio terapéutico y terapia manual. El ejercicio terapéutico y la terapia manual se utilizan para mejorar la fuerza, la coordinación y la movilidad y para reducir el dolor. Además, la terapia manual se ha utilizado para restaurar el rango de movilidad normal, reducir la isquemia local, estimular la propiocepción, romper las adherencias fibrosas, estimular la producción de líquido sinovial y reducir el dolor. Por último, en las últimas investigaciones, la combinación el ejercicio y la terapia manual han mostrado una eficacia superior al resto de abordajes en el tratamiento del dolor orofacial.
En Isabel Acedo Fisioterapia, tengo experiencia en el tratamiento del dolor orofacial. Además, ¡Pide tu cita!
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